lunes, 9 de mayo de 2011

EL NUEVO ATEÍSMO: UNA BREVE RESEÑA


En los últimos años ha venido un resurgir del ateísmo. La fecha de inicio de este movimiento en ascendencia es la primera década del siglo XXI[1]. Pero no es el viejo ateísmo filosófico, sino que es un nuevo ateísmo, mediático y que genera entradas económicas por un sinfín de medios. Programas de TV, artículos, libros, conferencias, videos en la web y una serie naciente de páginas y blogs hace de este nuevo ateísmo que esté presente en ya casi cada latitud del planeta. Y no es extraño que muchas personas por este “resurgir” y por la  imagen atractiva adhiera a la efervescencia del nuevo ateísmo.

Líderes del nuevo ateísmo

Muchos de los principales proponentes y cabezas del nuevo ateísmo  son filósofos y científicos que proponen al materialismo como única respuesta a la realidad. Ya son famosos los conocidos “cuatro jinetes del apocalipsis”,  Richard Dawkins (etólogo), Daniel C. Dennett (filósofo), Christopher Hitchens (escritor y filósofo), y Sam Harris (filósofo y neurocientífico).
Cabe destacar el impacto de estos autores, especialmente Dawkins, quien ha sido betseller con su libro “El espejismo de Dios” su ataque más frontal y obra más querida en contra de la religión. Es el iniciador de la publicidad en los autobuses de Londres “There´s probably no God. Now stop worrying and enjoy your life” (Probablemente Dios no existe. Deja ya de preocuparte y disfruta de la vida) en respuesta a las propagandas anteriores de las iglesias que prometían el infierno a quienes no se arrepintieran[2]. Como conferenciante y escritor, Dawkins ha sido uno de los ateos más destacados de las últimas décadas. Su retórica y sagacidad lo hacen uno de los más celebres ateos de nuestro tiempo.
En cuanto a los demás autores, cada uno por su parte ha contribuido a minar la religión, a través de las conferencias, la TV y el papel, imagen, voz y pluma han sido sus medios. Dennett  es autor de “Romper el hechizo. La religión como un fenómeno natural” donde lanza una explicación al fenómeno de los grupos religiosos[3].
Por su parte  Hitchens con sus libros “Dios no es bueno” y “Dios no existe” ha alcanzado éxitos de ventas, atacando a la religión de violenta, irracional, intolerante[4]. A su vez Sam Harris en su libro “el fin de la fe” se opone a la religión organizada[5].

Lo mediático y lo agresivo

Lo destacable de los adherentes al nuevo ateísmo es que son más irrespetuosos que sus antecesores, o ateos clásicos que meramente estaban más cercanos a la filosofía y a los libros. Las diferencias fundamentales son la utilización de los medios de comunicación de masas (su estrategia mediática) y su agresividad (como la supresión de la religión de la sociedad).
En cuanto a su agresividad queda demostrada en el tono de sus obras y burlas a las creencias religiosas, justificándolas ya que según su pensamiento son equiparables a cualquier otra institución, y por ende no exentas de críticas, llevando a una “exaltación ridícula de la religión y de los creyentes religiosos, rompiendo así un tabú cultural”[6] en cuanto al respeto a la religión. El nuevo ateísmo ha sido visto como un discurso “de tono estridente, con exageraciones palpables, y su tendencia a usar el ridículo en lugar de usar la argumentación basada en la evidencia”[7]


Consecuencias del nuevo ateísmo.

Muchos cristianos viendo este panorama de una crítica agresiva de sus creencias temen que la fe se extinga como pronuncian los ateístas. Sin embargo, esas dudas son infundadas para los cristianos que tienen evidencia sólida de lo que creen y que pueden hacer defensa de su fe.
Alister Mcgrath, en un artículo titulado “Gracias a Dios por el nuevo ateísmo” ve el lado positivo de esta cuestión. Según Mcgrath (por lo demás científico y teólogo) este resurgir del nuevo ateísmo ha llevado a un renacer de la religión en la sociedad. “El nuevo ateísmo ha planteado cuestiones de fundamental importancia- la racionalidad de la fe, la relación entre ciencia y religión, los posibles vínculos entre la fe y la violencia y el lugar de la religión en la sociedad occidental”[10] elementos a considerar y debatir.
El elemento positivo rescatado por Mcgrath es sin duda una verdad vivida en la experiencia. No obstante, ello plantea cuestiones de fondo, como el adormecimiento de los creyentes y su despertar por la presión del ateísmo. Personalmente creo que si bien esto no nos debería encontrar desprevenidos, de todas formas el asunto es que muchos teólogos y creyentes académicos y no han tomado parte en el asunto, de hacer resurgir la teología y la religión como algo que puede ser de mucha utilidad benéfica a la sociedad.

Una palabra final.

El nuevo ateísmo ha tenido un boom explosivo en esta última década. Sus principales proponentes se jactan en sus publicaciones y su retórica de “Dios ha muerto” “la religión es mala” evidencia un vacío enorme en el conocimiento de la fe, la Biblia, la Teología y la religión (términos muchas veces usados como sinónimos pero que un examen más profundo revelan que no son lo mismo y que ellos confunden). La estrategia mediática ha ido ganando adeptos en nuestra sociedad occidental, abrasando al nuevo ateísmo como la única respuesta y “filosofía saludable” de vida. Sin embargo, de los mismos ateos, científicos, filósofos y teólogos ha salido una crítica a este resurgir. Es más, en el área de la teología, la apologética ha renacido como una herramienta a usar, un arma escondida de doble filo, para usar en la tranquilidad y en la batalla académica dada. Próximamente estaremos tocando estos tópicos en los siguientes post.



[1] Alister Mcgrath en http://www.abc.net.au/religion/articles/2011/01/31/3125641.htm y Carmelo Martínez en “Ateísmo Posmoderno: análisis y critica de sus argumentos” Davarlogos, 2010

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